*El histórico entrenador y exseleccionador nacional falleció a los 81 años; conquistó cinco títulos de liga y la Copa Confederaciones 1999.
Ciudad de México.-El deporte nacional está de luto. Este sábado falleció a los 81 años Manuel Lapuente Díaz, histórico entrenador y una de las figuras más influyentes en la historia del fútbol mexicano.
La noticia fue confirmada por distintos periodistas deportivos y medios nacionales, quienes reportaron que el exseleccionador nacional perdió la vida tras complicaciones derivadas de una neumonía.
Nacido en Puebla el 15 de mayo de 1944, Lapuente dedicó más de cinco décadas al balompié, primero como jugador y posteriormente como director técnico, dejando una huella profunda en cada equipo que dirigió.
Una vida dedicada al fútbol
Como futbolista, Lapuente debutó en 1964 con los Rayados de Monterrey, y más tarde defendió los colores de Necaxa, Puebla y Atlas, destacando por su liderazgo dentro del campo.
Sin embargo, su legado más grande nació desde el banquillo. Su carácter exigente, su disciplina táctica y su enfoque en el trabajo en equipo lo convirtieron en uno de los estrategas más respetados del país.
A lo largo de su carrera, levantó cinco títulos de Liga MX: dos con Puebla (1982-83 y 1989-90), dos con Necaxa (1994-95 y 1995-96), y uno más con América (Verano 2002). También llevó a varios clubes a finales nacionales e internacionales, consolidando una trayectoria llena de éxitos.
Orgullo tricolor
Su paso por la Selección Mexicana también marcó época. Bajo su mando, el “Tri” participó en la Copa del Mundo de Francia 1998, donde logró clasificar a octavos de final con un estilo competitivo y ordenado.
Pero su mayor logro llegó un año después, cuando conquistó la Copa FIFA Confederaciones 1999, venciendo a Brasil en una de las victorias más recordadas del fútbol nacional.
Reacciones y legado
La noticia de su fallecimiento generó una ola de reacciones en el mundo deportivo. Compañeros, jugadores y entrenadores destacaron su legado, su inteligencia táctica y su papel como formador de generaciones.
“Falleció un gran amigo y extraordinario técnico. Descansa, my friend”, escribió el comentarista Raúl Orvañanos, uno de sus más cercanos amigos.


Manuel Lapuente deja un legado imborrable en la historia del fútbol mexicano: el de un hombre que amó profundamente el juego, que enseñó disciplina y respeto, y que llevó con orgullo el nombre de México a lo más alto.