*Poblana y pionera, Dula Edith Larios rompió barreras al convertirse en la primera mujer chófer del Metro de la Ciudad de México.
Puebla, Pue.- En el marco del 56 aniversario del Metro de la Ciudad de México, conocimos la historia de Dula Edith Larios Maldonado, gracias a la poderosa “Red” que todo lo sabe e informa y a la oportuna cobertura de Cinco Radio, conocimos la historia de Dula Edith Larios Maldonado, originaria de Puebla y la primera mujer chófer de este emblemático sistema de transporte.

En una entrevista exclusiva para el noticiario “Buenos Días”, Dula nos contó cómo logró abrirse camino en un mundo dominado por hombres y convertirse en un referente de superación y valentía.
De Atencingo al Metro
Originaria de Atencingo perteneciente al municipio de Chietla, Puebla, Dula llegó a la Ciudad de México para estudiar una carrera corta. Al enterarse de que la nueva red de transporte (METRO) buscaba personal –taquilleras para mujeres y chóferes para hombres– decidió postularse y, tras pasar los exámenes correspondientes, comenzó a trabajar como taquillera en 1981.

Pero su deseo de superación la llevó más lejos: como delegada departamental y con el apoyo del Sindicato de Trabajadores del Metro, Dula impulsó la apertura equitativa para el puesto de chófer, logrando ascender en 1982. Desde entonces y hasta 1989, se desempeñó en un rol históricamente reservado para hombres.
Obstáculos y desafíos
Convertirse en chófer no fue fácil. Dula enfrentó exámenes prácticos y teóricos muy rigurosos, además de estrictos exámenes médicos. En sus palabras:
“Fueron muy difíciles todos los exámenes, porque la idea era ‘atorarnos’; no querían que las mujeres llegáramos a ocupar puestos de hombres”.
En aquel primer grupo de “línea” 15 mujeres y 5 hombres recorrían la ciudad todos los días: línea 2 Tasqueña- 4 caminos .
La resistencia social también fue un reto:
“pasajeros que se bajaban del tren o se persignaban al ver a una mujer al mando”o quienes nos insultaban por nuestro género…”Pinches viejas, deberían estar en su casa guisando” cuestionando su capacidad.
Sin embargo, pequeños gestos le dieron esperanza:
“Un día, mientras lloraba en la cabina de mi vagón, una persona tocó a mi puerta y me dijo que manejaba muy bien el tren y que le agradecía por llevarlo seguro a su destino”.
Dula recordó que el Metro no estaba preparado para mujeres chóferes, desde la falta de calzado especial hasta la adaptación de los equipos, diseñados exclusivamente para hombres:
“no se si sepan, pero se debe usar un calzado especial o corres el riesgo de una descarga eléctrica que te puede quitar la vida, no había zapatos para mujeres solo para hombres y tuvimos que usarlos, nos quedaran o no”…
Un legado histórico
Durante sus 7 años como chofer, Dula recibió reconocimientos por ser la primera mujer en manejar un tren completamente sola. Junto con otras 14 mujeres, se convirtieron en las primeras a nivel mundial en ocupar un puesto históricamente masculino.


En 1989 decidió dejar el Metro debido a que la contaminación de la Ciudad de México afectaba la salud de su hijo, quien padecía asma crónica y debía ser internado cada seis meses. Así regresó a Puebla, donde actualmente reside.
La historia de Dula Edith Larios Maldonado es un ejemplo de coraje, perseverancia y apertura de caminos, recordándonos que los límites solo existen para quienes no se atreven a romperlos.