*Un trabajador de una planta automotriz fue forzado a continuar su jornada sin poder ir al baño; tribunales dictaminaron compensación económica.

Atessa, Italia – Un empleado de una fábrica automotriz en la localidad italiana de Atessa vivió una experiencia humillante al serle negado el permiso para ir al baño durante su jornada laboral. Ante la negativa, el trabajador terminó orinándose encima mientras seguía en la línea de producción, lo que desencadenó una ola de indignación y acciones legales.

El incidente ocurrió en la planta Sevel, propiedad de Fiat Chrysler Automobiles (FCA), considerada una de las más grandes del país en su ramo. El hecho generó protestas sindicales, incluida una hora de paro laboral convocada por la USB (Unión Sindical de Base), y un reclamo político desde el Parlamento, donde se denunció la vulneración de derechos humanos y laborales.

La empresa intentó apelar la sentencia que la obligaba a indemnizar al trabajador, pero los tribunales confirmaron en todas las instancias que la negativa a permitirle ir al baño fue una forma de trato degradante e inaceptable.

Aunque Fiat ofreció disculpas tras el escándalo, no se tomaron medidas disciplinarias contra los mandos responsables del suceso. El caso pone en el centro del debate las condiciones laborales dentro de grandes corporaciones y la necesidad de garantizar el respeto a la dignidad de sus trabajadores.

*Kindra Hall fue golpeada en la cabeza por un desconocido y cuestionó la tardía y fría reacción de los agentes.

Internacional.- La influencer estadounidense Kindra Hall vivió un momento aterrador el pasado 14 de mayo mientras caminaba por una acera en Nueva York. Un hombre desconocido la golpeó sorpresivamente en la cabeza, provocando que casi cayera a la calzada. El impactante momento quedó registrado por una cámara de seguridad, y luego fue compartido por Hall en sus redes sociales.

Después del ataque, la víctima logró grabar al agresor mientras se alejaba y la provocaba, retándola a seguirlo hasta su domicilio. La Policía de Nueva York identificó al atacante como Yao Reed, de 43 años.

Pero lo que más indignó a Hall fue la respuesta de las autoridades. Denunció que los agentes tardaron más de 30 minutos en llegar y, pese a tener evidencia en video, inicialmente no tomaron en serio la denuncia. “¿Entonces, como no estoy sangrando, un puñetazo en la cabeza está bien?”, cuestionó.

Hall aseguró que los oficiales solo tomaron acción cuando ella mencionó tener dolor de cabeza, y que incluso la obligaron a acompañarlos hasta la dirección del sospechoso para proceder con el arresto, a pesar de haber identificado plenamente al agresor en las imágenes.

Por su parte, la Policía explicó al New York Post que estaban atendiendo otras emergencias de mayor prioridad, incluyendo reportes de tiroteos. También defendieron su actuación, señalando que su protocolo contempla presentarse solo si la víctima sabe dónde se encuentra el atacante.

Finalmente, Reed fue arrestado y acusado de agresión en tercer grado.

Este caso ha desatado una discusión en redes sobre la eficiencia del sistema de justicia y el trato a víctimas que no presentan heridas visibles pero sí sufren ataques violentos.

*Reggie, un bóxer, reaccionó instintivamente y mantuvo a Yogi erguido durante una crisis epiléptica hasta que llegaron sus dueños.

Internacional.- Una historia de lealtad y valentía canina ha conmovido a miles de personas. Yogi, un bulldog que padece epilepsia severa, sufrió una intensa convulsión mientras se encontraba solo en casa. Afortunadamente, no estaba completamente solo: su compañero, un bóxer llamado Reggie, percibió el episodio y actuó de inmediato.

Pese a haber presenciado solo una vez un ataque similar, Reggie supo exactamente qué hacer. Mantuvo a Yogi erguido y en movimiento durante más de tres horas, lo que evitó que aspirara saliva o vómito, un riesgo común y peligroso en estos casos. Su instinto y compañía fueron vitales hasta que los dueños regresaron al hogar.

La reacción de Reggie no solo salvó la vida de Yogi, sino que también ha generado admiración en redes sociales. Como premio a su heroísmo, sus dueños lo recompensaron con un buen bistec.

Este caso demuestra que los perros no solo son compañeros fieles, sino que pueden convertirse en auténticos héroes cuando más se les necesita.