*El ritual de comer 12 uvas en las campanadas simboliza deseos para cada mes del año y es una de las tradiciones más arraigadas del Año Nuevo.
Puebla, Pue.– Cada 31 de diciembre, millones de personas en México y en diversos países de habla hispana se preparan para despedir el año con uno de los rituales más populares y simbólicos: comer 12 uvas al ritmo de las campanadas de la medianoche, una práctica que representa deseos, esperanza y nuevos comienzos.
La tradición consiste en ingerir una uva por cada campanada, justo cuando el reloj marca las 00:00 horas del 1 de enero. Cada uva simboliza un mes del año que inicia y va acompañada de un deseo, generalmente relacionado con la salud, el amor, el trabajo o la prosperidad.
De acuerdo con registros históricos, el ritual tuvo su origen en España a finales del siglo XIX, y se popularizó a principios del siglo XX, cuando productores de uva promovieron su consumo tras una cosecha abundante. Con el paso del tiempo, la costumbre se extendió a América Latina, donde se adaptó como parte esencial de las celebraciones de Año Nuevo.
En México, comer las 12 uvas se ha convertido en un momento familiar cargado de emoción. Algunas personas complementan el ritual con otros elementos, como usar ropa interior de ciertos colores, escribir deseos en papel o realizar brindis especiales, reforzando el simbolismo de renovación y buena fortuna.
Aunque no existe sustento científico sobre su efecto, el ritual de las 12 uvas permanece vigente como una expresión cultural y emocional, que une a familias y amigos en un mismo deseo colectivo: que el nuevo año llegue cargado de oportunidades, bienestar y buenos augurios.