Odilón Larios Nava. – El propietario de una tiendita fue asesinado a puñaladas durante un intento de asalto. Se sabe que dos ladrones intentaron asaltar al hombre de 59 años, en su tienda ubicada en la colonia Flor de Batavia, en la ciudad de Puebla. dicha colonia está ubicada en la parte posterior del penal de San Miguel, colindando con el Periférico Ecológico en la ciudad de Puebla.
Fueron los vecinos de la Cerrada de las Bugambilias, en la citada colonia, dónde se encuentra ubicada la tienda, quienes indicaron que el mortal asalto ocurrió alrededor de las diez de la mañana de este lunes, cuando dos sujetos sorprendieron al hombre para robarle.
El varón de nombre Emigdio, de 59 años, puso resistencia y los delincuentes le causaron lesiones a la altura del abdomen y en el cuello, lo cual provocó que en cuestión de minutos el hombre falleciera.
Los malandrines no consumaron el robo, debieron escapar con las manos vacías. Se sabe que uno de ellos es gordo, con una coleta, y el otro es flaco. Ambos son de estatura baja. Los vecinos no los identifican como habitantes de la zona.
Los técnicos en urgencias médicas que llegaron a revisar al varón confirmaron que el quincuagenario no contaba con signos vitales. Por ello personal de la policía estatal y la municipal procedieron a resguardar el sitio para preservar los indicios.
El cuerpo de Emigdio, quedó en el exterior de la tiendita, donde llegaron elementos de la Unidad Especializadas en Investigación de Homicidios y peritos de la Fiscalía General del Estado (FGE), para hacer la recolección de indicios y encabezar las diligencias del levantamiento de cadáver.
El cuerpo fue trasladado al anfiteatro por personal de la Dirección de Protección a Víctimas perteneciente a la Fiscalía General del Estado.
Autoridades policiales, de manera extraoficial, indicaron que los delincuentes probablemente pretendían encontrar una cantidad considerable de dinero, ya que el ahora occiso además de tener la tiendita también contaba con algunos inmuebles que ponían renta, lo que presumen, hizo suponer a los delincuentes que el quincuagenario disponía de una cantidad de efectivo considerable.